La historia de LA MULA, desde la novela a la gran pantalla se está llenando de capítulos plagados de dificultades, que cuentan las hazañas de los héroes que están luchando por sacarla adelante.
He descrito algunos capítulos en este blog, otros muchos quedan por contar y el de hoy, nos sitúa en la ultima semana de rodaje.
Iba en el AVE camino de Madrid para soltar la maleta con la ropa de los calurosos días que había pasado en Córdoba atrincherada en un hotel, pegada a mi ordenador portátil y a mi teléfono móvil, para cambiarla en Madrid por el plumífero y las botas que necesitaría en Guadix. Las exigencias de Michael Radford no podían ser peores: o me iba a Londres y le firmaba la cesión de todos los derechos e ingresos de la película o como me anunciaba en un email: yo me quedaría con una película inacabada y con todas las deudas, mientras que él se iría a rodar otros proyectos.
Sinceramente, pensé que iba de farol. Ni un director, ni un productor suspende un rodaje a no ser por fuerza mayor. Cualquier cineasta sabe que un rodaje no se para jamás. Y él era tanto director como productor como cineasta.
Pero no; no iba de farol. El lunes a las siete de la mañana, hora de la citación, el equipo entero, salvo él mismo, esperaba en sus puestos de trabajo el inicio del día de rodaje.
Pedí a Jorge Calvo, ayudante de dirección, que reuniera al equipo bajo la carpa del catering para comunicar lo evidente. Les presenté a Sébastien Grousset, el director suplente, y les pedí que por favor trabajaran con él igual de bien que lo habían hecho con Michael.
Y, así comenzó la semana de los héroes, el equipo completo técnico y artístico español, que se quedó para salvar a “LA MULA” del drama de convertirse en una película inacabada.
Es difícil imaginar lo que supone para un equipo de rodaje quedarse de repente sin director. Esta posibilidad solo sucede por causa de, como he mencionado arriba, fuerza mayor, o sea: enfermedad o muerte. Es un trastorno terrible para todo el equipo que se queda sin la persona en la que todos depositan su confianza.
Durante el rodaje, el trabajo de productores, actores, técnicos y otros autores está literalmente en manos del director. Todo se organiza para que el director pueda disponer de todos los medios, técnicos y humanos, posibles para rodar el material suficiente para que luego, en la sala de montaje, el montador pueda montar una película decentemente. Volver a rodar es una opción prácticamente impensable. Volver a reunir un mismo equipo, que se den las condiciones necesarias para que no haya fallos de continuidad, además del altísimo coste económico que supone, es imposible. Solamente en algunas producciones se hacen tomas adicionales, soluciones desesperadas que sirven para salvar graves fallos de narrativa que permitan montar la película.
A nosotros, tan solo nos quedaban cinco días de trabajo, pero con muchísimos extras y en exteriores. Acabábamos de pasar el fin de semana de Todos Los Santos y como el equipo tenía ganas de terminar ya el rodaje, aquel lunes, siendo fiesta en Andalucía, nos pillaba trabajando. La situación que no podía ser más negra se ponía aun peor porque el tiempo empezaba a cambiar y los nubarrones asomaban entre las montañas de Sierra Nevada y el frío helaba los huesos y también los ánimos.
Sébastien Grousset, el nuevo director a cargo del rodaje, ajeno a los problemas que la producción ya llevaba arrastrando, con toda objetividad, se dio cuenta que la situación que vivíamos coincidía con la situación del guión. Los personajes en la historia sentían lo mismo que los actores en el rodaje. Sébastien les animó, con gran acierto, a que utilizaran todas esas emociones que son las que han quedado capturadas para siempre en los fotogramas de la película.
Lo que parecía que iba a convertirse en un desastre se transformó en una especie de bendición.
Por eso, a pesar de que es imposible saber qué nos deparará el destino con “LA MULA”, solo puedo imaginar que será algo bueno y no puedo, como he leído publicado, meterla en el saco de las películas “malditas” del cine español. No solo porque no le encuentro comparación alguna con ninguna de ellas, si no porque esta película está, sin lugar a dudas, bendita.
Desde aquí solo me queda dedicar estas palabras de gratitud a todos los héroes que hicieron posible acabar LA MULA y a los que les debo tanto.
Alejandra Frade
OTRAS PELÍCULAS QUE TUVIERON MÁS DE UN DIRECTOR:
“LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ” contó con 3 directores: Victor Fleming, George Cukor y Sam Wood. De los cuales sólo Fleming apareció en los créditos y ganó el Oscar al Mejor Director por la película.
En “CLEOPATRA” , la Fox despidió al director Rouben Mamoulian, sustituyéndolo por Joseph L. Mankiewicz.
Bryan Singer fue el cuarto director que aceptó el proyecto “SUPERMAN RETURNS” y el que finalmente consiguió rodar la película.
Oliver Stone fue el primer director contratado para MISIÓN IMPOSIBLE 2; pero abandonó debido a los conflictos con Tom Cruise. Y, John Woo fue quien terminó dirigiéndola.
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